Bien, empezaré diciendo que el ambiente laboral de cualquier empresa, es como una especie de ecosistema humano que normalmente refleja las carencias propias de cada persona y donde muchas de ellas, a través de su comportamiento, reflejan sus necesidades más profundas a nivel emocional.
Tenemos casos negativos que por desgracia suelen existir en prácticamente cualquier empresa:
El trepa: es aquel que pasará por encima de cualquier compañero con tal de progresar en la empresa y que se adjudicará logros de otros sin que se le mueva un solo pelo. En mi opinión, este tipo de personas no son más que seres emocionalmente inseguros, que necesitan destacar y ser reconocidos, de autoestima bastante baja y con poca capacidad para empatizar con los demás.
El criticón: es aquel que se pasa el día hablando mal de otros compañeros o jefes y que siempre encuentra algo malo en los demás. En este caso, y repito, en mi humilde opinión, suele ser la envidia la que mueve a alguien a criticar a otro, sobre todo en casos repetitivos, como este que acabo de describir. La envidia no deja de ser una muestra de baja autoestima una vez más, y de rabia contenida que se expresa a través del ataque hacia los otros.
El eterno enfadado: ¿quien no ha tenido un compañero o jefe que parece que todos los días esta enfadado, con cara de pocos amigos y que siempre esta demasiado ocupado para ayudar a los demás? Este es un claro ejemplo de alguien lleno de rabia y que probablemente no se acepte a sí mismo lo que le lleva a no aceptar a los demás y expresa su rabia de manera frecuente enfadándose con facilidad y excluyéndose en cierto modo del grupo.
El pelota: por desgracia también abundan. Son aquellos que son incapaces de decir que no, principalmente a los jefes, aunque para ello tengan que perjudicar a otro compañero. Para mi, la descripción del estado emocional de este tipo de trabajador, es el de alguien lleno de miedo. Miedo a ser despedido, a que el jefe no le valore lo suficiente, probablemente porque el mismo tampoco se da ese valor, por lo que de nuevo llegamos a un caso de falta de autoestima.
El victimista: es aquel que se queja por todo, nada le parece bien, por regla general todo lo malo le pasa a el y no tiene culpa de nada. No se suele responsabilizar de sus errores y escurre el bulto con gran facilidad. Lo más probable es que este tipo de persona, no se sienta feliz en general con nada de su vida. Se siente desgraciado, y acumula tristeza lo que hace que le cubra un halo de negatividad que sólo ayuda a que "todo" lo malo le pase a el.
Puede que existan otros casos negativos pero quizá destacaría estos porque son fáciles de detectar y bastante comunes, me atrevería a decir que prácticamente en cualquier empresa. Yo diría que hay que tener cuidado con ellos, pero lo cierto es que sí profundizamos más allá de la cara que muestran este tipo de personas, entendiendo lo que les pasa por dentro, las emociones que sienten y las carencias que hacen que su comportamiento sea como es, es bastante probable que nos sea más fácil entenderles y saber como evitar que, su negativad en unos casos, y su mal hacer en otros, nos afecte.
Luego tenemos casos positivos, por supuesto, que sin tener porque ser antagonistas de los que he explicado anteriormente, pueden hacer que tengamos cierto feeling y podamos hacer grupo, habiendo un mínimo de compañerismo con ellos.
En cualquier caso, lo cierto es que pasamos más tiempo rodeados de compañeros de trabajo que con nuestra propia familia lo que hace que, normalmente, y salvo casos extremos negativos como los descritos al principio, podamos llegar a sentir cariño por ellos, aprecio y tener una relación más personal que la meramente de trabajo. Contar cosas de nuestra vida, compartir tiempo fuera del propio horario del trabajo que nos permita conocernos más allá de la vida laboral. En algún caso es posible que incluso pueda surgir una gran amistad, lo sé de primera mano, e incluso el amor, que también conozco algunos casos de parejas que se formaron en el trabajo.
Y es que en realidad nadie es verdaderamente él mismo en el trabajo, si algo he aprendido a través de mis años laborales, es que las personas cambian mucho en la oficina y fuera de ella. Y aunque evidentemente lo que ocurre dentro afectará irremediablemente a la relación fuera, si somos capaces de entender, empatizar y llegamos a conocer a las personas a un nivel más profundo, será más fácil que entendamos su comportamiento como compañeros de trabajo, entendiendo sus carencias fuera, comprenderemos sus excesos dentro, y sí somos capaces de equilibrar todo ello, es muy posible que podamos pasarlo bien dentro del trabajo y mejor que bien fuera de él con ellos.
En mi caso personal, aparte del desarrollo laboral a nivel profesional que supone, obtengo un sorprendente aprendizaje sobre el comportamiento humano cada día, gracias a la relación con el resto de compañeros. Destacaría lo mucho que me ayuda a entender el comportamiento masculino principalmente, por el hecho de que la mayoría de mis compañeros son hombres debido al tipo de trabajo que desempeño. Por otro lado, esto me ha obligado, en cierto modo, a ser uno más de ellos en cuanto a conversaciones, bromas y momentos de risas. Porque sí quiero estar ahí, competir y estar a su nivel laboralmente hablando, no me queda otro remedio que integrarme entre ellos y saber responder como lo haría cualquiera de ellos.
Por ultimo, destacaría, que por el hecho de ser donde mayor tiempo pasamos, es muy importante que nos sintamos bien y no debemos dudar en buscar otro trabajo si esto no es así porque nos guste o no, forma una gran parte de nuestra vida y puede llegar a afectarnos seriamente en nuestra vida personal, no tener un trabajo que nos gusta o no tener una buena relación con los compañeros.