domingo, 1 de diciembre de 2013

Donde el corazón te lleve

Durante estos años de mi vida he reído y he llorado por amor, he sufrido y disfrutado la derrota, he saboreado el éxito y he podido conocer a su vez, su lado más amargo. He dejado atrás grandes amigos, y otros nuevos han entrado en mi vida, personas que ya no están cerca y otros que nunca lo han estado pero que forman parte de mi vida. Y todo ello ha ocurrido a partir de una decisión tomada en un momento dado.

Y no se muy bien porque, ahora me pregunto de que manera se sucedieron las cosas y qué sería distinto hoy, sí hubiera tomado otro camino en algún punto del pasado. Si algo he aprendido es que todo pasa por algo, lo bueno porque lo buscas y seguro lo mereces, y lo malo porque tienes alguna lección que aprender, pero en ambos casos, es probable, que tengas que resolver algo de tu vida. 

Como analista informática que soy, analizo absolutamente todo, por lo que he utilizado la razón durante la mayor parte de mi vida a la hora de tomar decisiones y, es por ello que ahora, me pregunto si todas las decisiones que han marcado mi presente durante mi pasado fueron tomadas con la cabeza, donde estaría ahora mismo de haberlas tomado con el corazón. Si una cosa puedo asegurar es que no me sentía bien la mayoría de las veces. No hace mucho tiempo que he recuperado la conexión con mi corazón y he aprendido a utilizar esa conexión a la hora de tomar decisiones. Porque del mismo modo que lo describe el libro "donde el corazón te lleve" creo que la forma inequívoca de hacer bien las cosas es haciéndolas con el corazón. La moraleja que se puede sacar de este libro es que cuando tengas dos caminos frente a ti y tengas que decidir por cual de ellos seguir, debes sentarte y relajarte, esperar a que el corazón te haga levantar y te lleve hacia donde tienes que ir. Tarde o temprano sabrás lo que quieres hacer, independientemente de lo que deberías hacer. 

Pero, ¿cómo saber que estas decidiendo con el corazón realmente? A veces una decisión la tomes para el lado que la tomes te causa dolor, y/o causa dolor a gente que te importa. Considero entonces que, lo importante a la hora de tomarla es sentirte lo mejor posible contigo mismo, y siguiendo esta premisa, he comprobado que por regla general, cuando tomamos una decisión con la cabeza, tendemos a complacer a los demás pasando por encima de nosotros mismos y nuestros verdaderos deseos. 

Por todo ello estoy convencida de que escuchar nuestro corazón, decir lo que se siente y ser fiel a uno mismo nos llevará por el camino del éxito.

Cada día conozco más gente que no dice lo que siente y esto suele ser debido a una equivocada educación y a un sistema que absorbe la energía de esta sociedad dormida, pero cuanto más lo práctico en mi caso, mejor me salen las cosas, porque decir tanto lo bueno como lo malo, te libera de tus miedos, y te permite entregar a los demás lo mejor de ti y, últimamente, me llena de satisfacciones hablar con el corazón.

Por todo ello, mi consejo es, se tu mismo, di lo que sientes, escucha a tu corazón y déjate guiar por el, no te imaginas lo satisfactorio que es, la sorprendente respuesta que encontrarás en los demás y la paz interior que llegarás a sentir. 


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Compañeros de trabajo

Este post es un especie de reto, gracias por la idea, pero que sólo con el título me ha hecho pensar bastante, sobre todo como estructurarlo y dar mi punto de vista.

Bien, empezaré diciendo que el ambiente laboral de cualquier empresa, es como una especie de ecosistema humano que normalmente refleja las carencias propias de cada persona y donde muchas de ellas, a través de su comportamiento, reflejan sus necesidades más profundas a nivel emocional.

Tenemos casos negativos que por desgracia suelen existir en prácticamente cualquier empresa:

El trepa: es aquel que pasará por encima de cualquier compañero con tal de progresar en la empresa y que se adjudicará logros de otros sin que se le mueva un solo pelo. En mi opinión, este tipo de personas no son más que seres emocionalmente inseguros, que necesitan destacar y ser reconocidos, de autoestima bastante baja y con poca capacidad para empatizar con los demás. 

El criticón: es aquel que se pasa el día hablando mal de otros compañeros o jefes y que siempre encuentra algo malo en los demás. En este caso, y repito, en mi humilde opinión, suele ser la envidia la que mueve a alguien a criticar a otro, sobre todo en casos repetitivos, como este que acabo de describir. La envidia no deja de ser una muestra de baja autoestima una vez más, y de rabia contenida que se expresa a través del ataque hacia los otros.

El eterno enfadado: ¿quien no ha tenido un compañero o jefe que parece que todos los días esta enfadado, con cara de pocos amigos y que siempre esta demasiado ocupado para ayudar a los demás? Este es un claro ejemplo de alguien lleno de rabia y que probablemente no se acepte a sí mismo lo que le lleva a no aceptar a los demás y expresa su rabia de manera frecuente enfadándose con facilidad y excluyéndose en cierto modo del grupo. 

El pelota: por desgracia también abundan. Son aquellos que son incapaces de decir que no, principalmente a los jefes, aunque para ello tengan que perjudicar a otro compañero. Para mi, la descripción del estado emocional de este tipo de trabajador, es el de alguien lleno de miedo. Miedo a ser despedido, a que el jefe no le valore lo suficiente, probablemente porque el mismo tampoco se da ese valor, por lo que de nuevo llegamos a un caso de falta de autoestima. 

El victimista: es aquel que se queja por todo, nada le parece bien, por regla general todo lo malo le pasa a el y no tiene culpa de nada. No se suele responsabilizar de sus errores y escurre el bulto con gran facilidad. Lo más probable es que este tipo de persona, no se sienta feliz en general con nada de su vida. Se siente desgraciado, y acumula tristeza lo que hace que le cubra un halo de negatividad que sólo ayuda a que "todo" lo malo le pase a el.

Puede que existan otros casos negativos pero quizá destacaría estos porque son fáciles de detectar y bastante comunes, me atrevería a decir que prácticamente en cualquier empresa. Yo diría que hay que tener cuidado con ellos, pero lo cierto es que sí profundizamos más allá de la cara que muestran este tipo de personas, entendiendo lo que les pasa por dentro, las emociones que sienten y las carencias que hacen que su comportamiento sea como es, es bastante probable que nos sea más fácil entenderles y saber como evitar que, su negativad en unos casos, y su mal hacer en otros, nos afecte. 

Luego tenemos casos positivos, por supuesto, que sin tener porque ser antagonistas de los que he explicado anteriormente, pueden hacer que tengamos cierto feeling y podamos hacer grupo, habiendo un mínimo de compañerismo con ellos. 

En cualquier caso, lo cierto es que pasamos más tiempo rodeados de compañeros de trabajo que con nuestra propia familia lo que hace que, normalmente, y salvo casos extremos negativos como los descritos al principio, podamos llegar a sentir cariño por ellos, aprecio y tener una relación más personal que la meramente de trabajo. Contar cosas de nuestra vida, compartir tiempo fuera del propio horario del trabajo que nos permita conocernos más allá de la vida laboral. En algún caso es posible que incluso pueda surgir una gran amistad, lo sé de primera mano, e incluso el amor, que también conozco algunos casos de parejas que se formaron en el trabajo. 

Y es que en realidad nadie es verdaderamente él mismo en el trabajo, si algo he aprendido a través de mis años laborales, es que las personas cambian mucho en la oficina y fuera de ella. Y aunque evidentemente lo que ocurre dentro afectará irremediablemente a la relación fuera, si somos capaces de entender, empatizar y llegamos a conocer a las personas a un nivel más profundo, será más fácil que entendamos su comportamiento como compañeros de trabajo, entendiendo sus carencias fuera, comprenderemos sus excesos dentro, y sí somos capaces de equilibrar todo ello, es muy posible que podamos pasarlo bien dentro del trabajo y mejor que bien fuera de él con ellos. 

En mi caso personal, aparte del desarrollo laboral a nivel profesional que supone, obtengo un sorprendente aprendizaje sobre el comportamiento humano cada día, gracias a la relación con el resto de compañeros. Destacaría lo mucho que me ayuda a entender el comportamiento masculino principalmente, por el hecho de que la mayoría de mis compañeros son hombres debido al tipo de trabajo que desempeño. Por otro lado, esto me ha obligado, en cierto modo, a ser uno más de ellos en cuanto a conversaciones, bromas y momentos de risas. Porque sí quiero estar ahí, competir y estar a su nivel laboralmente hablando, no me queda otro remedio que integrarme entre ellos y saber responder como lo haría cualquiera de ellos.

Por ultimo, destacaría, que por el hecho de ser donde mayor tiempo pasamos, es muy importante que nos sintamos bien y no debemos dudar en buscar otro trabajo si esto no es así porque nos guste o no, forma una gran parte de nuestra vida y puede llegar a afectarnos seriamente en nuestra vida personal, no tener un trabajo que nos gusta o no tener una buena relación con los compañeros. 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Existe la amistad entre un hombre y una mujer?

Hace varias semanas en una de esas comidas que comparto diariamente con compañeros de trabajo surgió un tema muy interesante del que se estuvo hablando muchos días después.

Uno de ellos nos planteo su teoría de que un hombre no tiene amigas. Según su punto de vista un hombre siempre esta al acecho, sus intenciones siempre son "tener algo" con una mujer. Evidentemente estoy hablando de algo de índole sexual. Las chicas que allí nos encontrábamos aparte de reírnos mucho nos quedamos sorprendidas ante tal afirmación, pero a más de una por no decir a todas, nos hizo pensar en ello.

Al inicio yo defendí que eso no era así, pero lo cierto es que tras pensar mucho en ello llegué a la conclusión de que quizá su teoría no era tan rocambolesca. Pensé en mi vida, mis experiencias y las "amistades" que pasaron a lo largo de mi vida. Por alguna razón, toda la vida he tenido más amigos que amigas, supongo que el hecho de tener dos hermanos varones haya marcado en algo esta tendencia. Y lo cierto es, que pensando en ello, me di cuenta de que aquellos que yo consideraba amigos, en algún momento me propusieron tener con ellos algo más que una amistad.

Una vez que llegué a este punto empecé a analizar el porqué de que esto sea así. Y mi conclusión está basada en mi propia teoría, que no hace otra cosa que demostrarme que no estoy tan mal encaminada. Y me explico, según las definiciones más filosóficas y ancestrales de hombre y mujer, el hombre tiene tendencia a expandir, salir hacia fuera, del mismo modo que su órgano genital, es decir, el pene. En el caso de la mujer es el recogimiento, la protección, tiende a acoger, como es en su caso la vagina. Según esta explicación filosófica de la diferencia entre hombre y mujer, mi propia teoría es que el hombre es más primitivo en cuanto a los instintos sexuales, el hombre es cazador desde los inicios de su existencia, se dedicaba a cazar, mientras que la mujer se dedicaba al cuidado y protección de la prole, al recogimiento por tanto. 

Efectivamente, y menos mal, hemos evolucionado mucho en este sentido, ahora las mujeres también salen a "cazar" (trabajar) y los hombres también protegen y cuidan a los hijos. Pero en cuanto a las necesidades sexuales la evolución no es tanta. El hombre sigue siendo primitivo en este sentido, no ha perdido el instinto de caza con el que inició su existencia. Mientras que la mujer, en ese sentido, difiere bastante con respecto al hombre. 

No me gustaría ofender a nadie con lo escrito anteriormente, de hecho no quiero decir que el hombre sea más primitivo, me refiero en todo caso a su instinto sexual. Dicho esto, creo que esto explicaría perfectamente la teoría de mi compañero acerca de la amistad de un hombre con respecto a una mujer. Es bastante más probable que un hombre que tenga una amiga, en un momento dado, unas cervezas de más, un momento de guardia baja de la chica, aproveche la ocasión para intentar un acercamiento físico con su "amiga" mientras que en una mujer, es más difícil o menos habitual que pueda pasar esto. Por lo tanto se cumple la teoría, un hombre no puede tener amigas, podrá tener conocidas, compañeras, amigas de su pareja, parejas de sus amigos, pero no lo que comúnmente y socialmente conocemos como amiga. 

Esto no quiere decir que las mujeres no podamos tener amigos. Para nosotros si será un amigo, un amigo verdadero porque es menos probable que tengamos una segunda intención con el. Pero eso si, ¡chicas! como dice mi compañero cuidado con los que consideramos amigos que no nos pillen en un momento de bajón o con la guardia baja porque van a tratar de entrarnos fijo, jajajajaja.

Por ultimo, bajo mi punto de vista esto ni es malo ni bueno, simplemente es así porque nos guste o no somos seres distintos, con necesidades diferentes, con un predominio de hormonas distintas que nos hacen comportarnos de manera diferente sexualmente hablando. Por suerte, la última palabra la tenemos nosotras y con decir no, poner los limites claros y entender el porque las cosas son como son, no tiene porque verse perjudicada ninguna de las amistades que tengamos porque nosotras sí podemos llamarlos amigos. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Porqué las madres se sienten culpables

Desde qué desempeño mi papel de madre, hace ya algo más de 4 años, he podido experimentar este sentimiento en multitud de ocasiones. Si algo he comprobado a lo largo de este tiempo, es que es un sentimiento común prácticamente compartido por todas las madres que conozco.

Tras el trabajo y la gran ayuda de mi buena amiga y coach, he aprendido que el sentimiento de culpa se arrastra prácticamente desde que nacemos. Es algo que puede afectarnos ya en el vientre materno y que después podemos absorberlo a través de nuestros padres o cuidadores bastante fácilmente por el simple hecho de ser como esponjas los primeros años de vida. 

Por lo tanto, de adultos, podremos sentir culpas heredadas, que no nos pertenecen realmente a nosotros y que se suman a las que nosotros mismos sufrimos. De lo que más puedo hablar es de la culpa que se experimenta como madre pues es la más reciente que he tenido que resolver y que hoy por hoy, todavía continúo resolviendo. 

Por un lado, está la culpabilidad que sentimos debida a la presión social. Mensajes que recibimos a través de los medios de comunicación, amigos y familiares que juzgan nuestra forma de actuar como madres. Esto nos genera inseguridad en lo que hacemos, porque ya no sabemos sí está bien o esta mal, o si podríamos hacerlo mejor. Quizás esta sería la mejor definición, una sensación constante de que podríamos hacerlo mejor. Llegamos a sentirnos culpables hasta cuando el niño se pone enfermo.

Por otro lado, este sentimiento también viene determinado por la sociedad en la que nos ha tocado vivir. Hoy en día, la mujer suele trabajar fuera de casa lo que le impide criar a sus hijos durante los primeros años de vida, en los cuales la madre se siente más apegada a ellos y a su vez los niños a su madre. Normalmente esto suele ser por necesidad en la mayoría de los casos, muchas veces no puede ser de otra manera realmente, en otros casos la misma sociedad de consumo de manera inconsciente nos ha creado la necesidad de tener más, de comprar, un coche, una casa, ropa de marca, y un sin fin de gastos que probablemente muchas veces y si nos paráramos a pensar por un momento, podríamos reducir al máximo y dedicarle el tiempo a los niños cuando realmente nos necesitan las 24 horas, que son los 3 ó 4 primeros años de vida. Esta situación, ya sea por necesidad o por inconsciencia social, empujados por esta sociedad de consumo y su sistema capitalista, genera en las madres un sentimiento de culpa bastante difícil de resolver y de llevar. 

Luego existe el caso de personas como yo, que trabajamos fuera de casa pero que además nuestro trabajo nos gusta, esto aumenta el sentimiento de culpa aún más. 

Este sentimiento tiene consecuencias para la madre y para los niños. En el caso de la madre genera un estrés bastante acusado que sumado al hecho de tener que andar corriendo todo el día, hace que se reduzca su nivel de energía, estando muy cansada a la hora de compartir el tiempo con los niños, que suele ser tras madrugar, trabajar y correr para llegar a todas partes a tiempo. Al estar más cansadas nos resulta más complicado establecer los límites, por otro lado, absolutamente necesarios, durante la infancia de los niños. Entre el agotamiento físico y mental, y el sentimiento de culpa que tenemos por no estar con ellos más tiempo, muchas veces somos más permisivas de lo debido y otras poco consecuentes con nuestros actos, porque sí ayer algo era que no, hoy puede ser que sí porque no tengo fuerzas para luchar. 

En el caso de los niños, las consecuencias son bastante evidentes en la sociedad actual. Cuando son pequeños, desorientación, porque un niño necesita que le pongan límites. De esta manera, él acaba entendiendo que a sus padres les importa y además aprende a diferenciar entre lo que esta bien y lo que esta mal, lo que le ayuda a orientarse en la vida y le hace sentir bien. Aunque pueda parecer lo contrario, un niño que haga lo que le de la gana y no tenga ninguna consecuencia, nunca aprenderá a distinguir lo bueno de lo malo y tampoco verá como autoridad a su madre, lo que a la larga, puede llevar a una adolescencia complicada, y a estas noticias que desgraciadamente en los últimos años se repiten preocupantemente de hijos que pegan a sus padres o que los tienen atemorizados. Puede parecer exagerado, pero evidentemente me estoy poniendo en un caso extremo para que se entienda lo mejor posible.

¿Cómo podemos resolver ese sentimiento de culpa?

Pues hay varios temas que debemos tener en cuenta para ello.

Primero, como madre, pararte a pensar en la posibilidad de dejar de trabajar. Si por necesidad económica no es posible, entenderte a ti misma, sentirte y darte cuenta de que no puedes sentirte culpable por algo que no puedes cambiar.

Si cambiando tu vida fuese posible dejarlo, también cabe la posibilidad de que te guste tu trabajo y esto lo haga aún más complicado. Cambiar de vida se dice fácil pero no lo es, por la educación recibida, por la presión social y porque es difícil que todos los miembros de la familia te acompañen en el cambio, entiéndase pareja, etc... Si te gusta tu trabajo y por lo tanto cambiar de vida se te hace más difícil aún, se debe ser consciente de la decisión tomada y entender que somos personas además de madres, con necesidades propias y eso no tiene porque martirizarnos a través de la culpa. 

Una vez entendido lo anterior, es decir, comprendernos a nosotras mismas, nuestras necesidades y lo que nos piden nuestras entrañas, entendiendo nuestro propio yo independientemente del rol de madre que estamos ejerciendo, tenemos que ser capaces de dedicar el mayor tiempo posible a nuestros hijos, pero tiempo de calidad. Comprender que mientras estas lavando los platos o recogiendo la casa, tus hijos están creciendo, que todo eso puede esperar, que sólo van a ser 3 ó 4 años lo que los niños van a  reclamarnos más tiempo. Jugar, reír, bailar con ellos un poquito cada día sin olvidar en cualquier caso, que tenemos que ponerles límites y que los actos tienen consecuencias, buenas o malas según la naturaleza del mismo. Y si somos capaces de cumplir la primera parte, liberarnos de ese sentimiento tan amargo como es el sentimiento de culpa, esos momentos, compartidos con ellos serán aún mejores porque tendremos más energía para dedicarles y a la vez mostrarles la autoridad como madre que como hijo deberá interiorizar.

Como digo, yo aún estoy trabajando en ello y sí algo he sacado en claro, es que todo debe hacerse en equilibrio. Es decir sí trabajamos hasta tarde, dedicaremos el tiempo que podamos a jugar con ellos, a compartir tiempo con ellos. En mi caso, muchas de las labores del hogar las hago cuando ya están dormidos.

Para terminar este post, enfatizaría en la importancia de dos cosas:

La primera, que ante todo, debemos entender que para bien o para mal, todas intentamos hacerlo lo mejor que podemos, lo mejor que sabemos hacerlo, comprender que podemos equivocarnos porque somos personas. Sí nos convencemos de que lo hacemos lo mejor que podemos, desaparecerá gran parte de culpa, lo que nos ayudará a nosotras mismas y a nuestros hijos, porque al estar menos "cargadas", tendremos más energía y más ánimo, lo que notáremos a la hora de poner límites a los niños y a la hora de jugar con ellos. 

Y segundo y no menos importante, recordar siempre que somos personas antes de nada, con necesidades, deseos, sueños y que también precisamos de algo de tiempo para nosotras y que, aunque trataremos de dedicarnoslo cuando afecte menos al tiempo que tenemos para dedicarles a ellos, debemos hacerlo por nosotras porque nos va a cargar las pilas y nos va a hacer sentir bien. Sal con una amiga, con tu pareja, práctica algún deporte una vez a la semana, date un gusto, de este modo, si tu estas bien por dentro, lo sentirás y lo sentirán por fuera.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Como llevar la vida desde el positivismo

Los seres humanos, al igual que el resto de elementos que están en nuestro planeta, somos energía. Dicha energía se va transmitiendo, renovando y absorbiendo por unos y por otros. 

Dependiendo de las emociones que sintamos en un momento dado, esta energía puede ser positiva o negativa. E incluso se transmite a aquellos que tenemos cerca haciendo que su energía pueda ser modificada hacia uno u otro lado. 

Todos en alguna ocasión hemos experimentado momentos buenos muy seguidos unos de otros, lo que llamamos de forma natural "una buena racha". Cuando algo nos hace sentir bien produce en nosotros energía positiva. Y cuando esto ocurre, debemos aprovechar el momento para entrar de lleno en esa especie de espiral de energía positiva porque, probablemente, nos seguirán viniendo buenas experiencias, momentos, vivencias, emociones agradables que nos harán sentir muy bien.

Sin embargo es fácil que esa espiral de positivismo se invierta y se convierta en negativa. ¿Cómo? Contaminándonos de energía negativa, normalmente contagiados por otras personas o por algún acontecimiento inesperado que puede dar un giro a nuestra energía negativizandonos si algo nos hace sentir mal. Y al igual que ocurre con la energía positiva, si no estamos atentos y no lo resolvemos desde la positividad, corremos el peligro de entrar en una espiral de negatividad. Y ahí podríamos entrar en una cadena de experiencias malas, emociones negativas que nos harán sentir mal, lo que comúnmente conocemos como una "mala racha".

Y, ¿cómo convertimos la energía negativa  en positiva? Resolviendo la situación desde la positividad. ¿Cómo? Comprendiendo que todo lo que nos pasa en la vida es por algo. Cada acontecimiento negativo lleva asociado una enseñanza, algo que debemos comprender y nos debe hacer madurar, evolucionar. Sí somos conscientes de esto, y por lo tanto capaces de interiorizar ese aprendizaje que la vida nos quiere dar, habremos hecho algo positivo y por lo tanto esa energía negativa inicial la habremos convertido en positiva rompiendo la espiral iniciada. 

En cuanto a las personas cercanas que desprenden energía negativa, si son nuestra gente más cercana, hijos o pareja, buenos amigos, podemos ayudarles a cambiar su energía con positivismo. Si no son tan cercanos tendremos que evitar esas relaciones en la medida de lo posible para que no nos contagien de esa mala energía. 

Evidentemente hay acontecimientos muy duros que harán difícil encontrar la fuerza suficiente para afrontarlos desde la positividad pero si llevamos un buen entrenamiento, puede que nos lleve más tiempo, pero seguro que lo lograremos. 

Por ultimo, si logramos llegar a este punto de consciencia podremos llegar incluso a crear nuestra propia realidad, pero esto lo explicaré en un post posterior, cuando yo misma me encuentre en ese punto ;-)


jueves, 31 de octubre de 2013

¿Sexo con amor o sexo sin amor?

La pregunta del millón. Y es que casi todo el mundo ha debatido sobre este tema en alguna ocasión. 

En el fondo se trata de la opinión de cada uno y de las experiencias que haya podido vivir, de un lado o de otro. Por lo que he podido escuchar en la mayoría de los foros femeninos en los que se ha debatido sobre el tema, prácticamente la totalidad de ellas lo prefieren con amor. En el caso de los hombres, quizá haya más diferencia de opiniones aunque no se porque me da que en el fondo la mayoría están de acuerdo con las mujeres (por una vez). 

Y es que no es lo mismo una cosa que la otra. Cuando se tiene sexo con alguien por el que no sientes nada más allá de una atracción física, se despiertan ciertas sensaciones que probablemente lo hagan placentero, sin duda, no tiene porque no ser así. De hecho en este tipo de relaciones se segrega dopamina, que es un neurotransmisor que aumenta el ánimo y nos hace estar más despiertos y con mayor deseo sexual. 

Cuando ya llevamos más tiempo con una persona, cuando ya hay sentimientos de por medio, se segrega oxitocina, conocida también como la hormona del apego. Afloran los sentimientos y normalmente a la hora de tener sexo con esa persona, estos toman un papel muy importante. 

En mi opinión, el sexo sin amor tiene una finalidad más simple que consiste en satisfacer una necesidad física, lo que no quiere decir que no sea placentero, ojo. 

Pero cuando hay amor, uno se entrega en cuerpo y alma, y no sólo se despiertan las sensaciones físicas que también tenemos en el sexo sin amor, además se le suman las emociones del corazón que nos despierta la otra persona. Por lo tanto en el sexo sin amor utilizamos todos los sentidos, seguro que sí, pero en el caso del sexo con amor además utilizamos el corazón, con lo cual ya sólo por eso es bastante mejor y probablemente más satisfactorio, ¿no te parece?...

viernes, 25 de octubre de 2013

Como ser feliz

De un tiempo a esta parte tengo una increíble sensibilidad que me permite empatizar con extrema facilidad. Para entenderlo un poco mejor os invito a que veáis este video antes de seguir leyendo http://youtu.be/hXEzG7X-pbk.

Conmovedor, ¿no es cierto? Pues bien, esto me pasa a mi pero sin las gafas. Al principio pensé que eran imaginaciones mías hasta que con gente que conozco pude hablar acerca de lo que yo notaba que sentía al verles y me sorprendí a mi misma porque decían que había dado en el clavo. Esto, entre otras cosas, me ayuda cada vez más a no juzgar a nadie, a entender que siempre hay una razón, un motivo escondido tras un acto de cualquiera.

Cada día llevo a los niños al colegio, voy a trabajar y durante este tiempo me cruzo con mucha gente, muchos que no conozco, otros que por coincidir diariamente al menos saludo, gente que cruza la calle por delante de mi coche, otros conductores que se paran a mi lado, personas que trabajan en el mismo lugar que yo. Rostros que muestran, preocupación, cansancio, desidia, pocos sonríen, aunque también los hay, y la mayoría, rostros con sueño. Son muchas las veces en que me entran ganas de pararme y hablar con alguna de esas personas al igual que lo hace el protagonista del video anterior cuando se para a hablar con el niño. Con los que he podido hablar acerca de estas cosas, son la mayoría compañeros del propio trabajo, amigas, amigos, gente que al fin y al cabo conozco y la conclusión es siempre la misma, muy pocos por no decir ninguno es feliz. Todos y cada uno de ellos cambiaría algo de su vida para sentirse mejor. Sin embargo, el miedo se lo impide. Miedos lógicos no lo dudo, pero miedos que les hacen presos de una forma de vida con la que en realidad no están de acuerdo. 

Ahora os invito a escuchar esta canción, los que sepan inglés fenomenal y los que no, debajo del vídeo aparece la letra traducida y además con verlo entenderéis perfectamente a que me refiero con él http://youtu.be/a8MeBqZmWPw.

Tu eres el único que puedes hacerte sentir bien, tu eres el único que puedes hacer que seas libre. Para ello tendrás que cambiar aquello que no funciona, empezar a procesar los miedos que te hacen seguir pegado a eso que te hace daño, mirar dentro de ti y preguntarte que es lo que no quieres en tu vida. Eso es lo primero, sacar de tu vida todo aquello que te hace daño. Por supuesto, no es nada fácil, no lo es desde luego, porque todo tiene consecuencias y los miedos normalmente vienen determinados por esas consecuencias, pero mientras vives así, apegado a algo que te hace daño no te estas dando cuenta de las consecuencias negativas que tiene para ti y para los que te rodean de cerca, entiéndase hijos, familia y sobre todo tu mismo. Sí entiendes que si tu no estas bien, tus hijos, tu pareja, tu familia tampoco lo estarán, habrás dado un primer paso para iniciar el cambio. 

Un jefe insoportable, un trabajo que no te gusta, una pareja que no te hace sentir bien, una vida que no te gusta, todo se puede cambiar. Sólo hay que enfrentarse a esos miedos que sin duda son justificados pero te puedo asegurar que aunque sea con un mínimo cambio, descubrirías lo bien que te puedes llegar a sentir, y ay amigo, una vez descubierto esto, no hay marcha atrás. He llegado a escuchar casos que me decían que preferían esa situación que les estaba amargando la vida que cambiarlo por las consecuencias que podía tener. Pero esa carita que veo diariamente me dice lo contrario, y, ¿como hacer entender que hay que enfrentarse a los miedos propios? Difícil porque es una labor personal de cada uno, de momento esta es mi vía para intentar ayudar, para tratar de hacer  despertar de ese letargo en el que este sistema ha sumido a la mayoría de seres humanos que habitamos la tierra. Puede que ayude algo, puede que no, puede que a algunos nada, puede que a otros mínimamente, puede que en ciertos casos mucho, pero me quedo con dos frases que me han dicho esta semana: "tengo claro que eres el espejo en el que me gustaría mirarme" o "de mayor quiero ser como tu". Con eso me conformo, si de algún modo con mis posts puedo hacer pensar, ayudar a tomar conciencia a alguien me siento mucho más que satisfecha.

Pero en cualquier caso solo tu eres dueño de tu vida, sólo tu puedes cambiar lo que no te gusta, y no dudes de tu capacidad porque cualquiera es capaz, y si alguien cree que no lo es le insto a que pruebe con algo mínimo, lo que sea y descubrirá lo bien que se siente después. Mira dentro de ti, localiza tus miedos y lucha contra ellos. Libérate, haz que tu vida dependa únicamente de ti mismo. Y recuerda que siempre habrá alguien que te diga que tu no puedes porque el no ha podido, pero que él no haya podido no significa que tu no puedas.

Y no se trata de cambiar todo a la vez, sólo hay que, al menos, tomar conciencia de como nos sentimos, ser sinceros con nosotros mismos y empezar a trabajar. En mi vida sigue habiendo cosas que no me gustan por supuesto, pero todo debe llegar a su debido tiempo y se que llegará el momento, la oportunidad de poder cambiar de algún modo eso que no me gusta, pero si ni siquiera somos conscientes de esa necesidad de cambio, puede que no nos demos cuenta de la oportunidad que la vida nos puede ofrecer para facilitarnos ese cambio. Todo eso te hace evolucionar porque lo cierto es que una persona no cambia, evoluciona. 

El final del video anterior es algo brutal pero lo que creo que viene a decir es que puede que cuando decidas empezar a mejorar tu vida, puede que sea demasiado tarde. Una forma un tanto brusca gráficamente hablando de como decirlo, pero bueno contundente sin duda. 

Por ultimo, asegúrate de que todos los días te ríes al menos un rato, que juegas otro rato, que bailas, no te olvides de vivir, porque eso es vivir, busca tu felicidad, y regalarás felicidad a los que te rodean. http://youtu.be/PBo9JJYs6Cw.

Todo el mundo tiene derecho a ser feliz, tu también, no lo dudes.



martes, 22 de octubre de 2013

El dolor de verte sufrir

Ayer tuve una de las peores experiencias de mi vida. Algo que a ojos de cualquiera es un hecho normal, habitual entre niños y que no tiene mayor importancia. Y en realidad estoy de acuerdo en que es así, porque tu estas bien y eso es lo que verdaderamente importa. 

Sin embargo me esta costando deshacerme de esta sensación tan amarga que tengo, sacarme el susto del cuerpo y quitar de mi mente esa visión que me ha impactado profundamente. Parece que en mis oídos ha quedado grabado el sonido seco de tu cabeza contra ese bordillo y, si cierro los ojos, no hago más que ver esa espeluznante imagen de tu cara cubierta de sangre, tu llanto desesperado y tus ojos asustados clavados en los míos. 

Pensé que el llanto de anoche bastaría para sentirme bien pero lo cierto es que no ha sido así, supongo que el impacto ha sido fuerte para mi sentir. 

Y es que esto me ha hecho ver lo frágil que es la vida, lo difícil que es evitarte el mal aún sabiendo que no voy a poder evitarte el dolor aunque mi parte más primitiva quiera hacerlo. 

Y se que esto no es nada en comparación con lo que te queda por vivir, otros daños físicos y después emocionales que aunque quisiera no podría evitarte además de que no sería bueno para ti. 

Como escribí en mi post anterior, el exceso de amor, de nuestras de cariño nunca es malo pero si es mala la sobreprotección. Y se que no lo voy a hacer porque aparte de inútil sería contraproducente para tu correcto desarrollo y evolución. Tendrás que caer muchas más veces y levantarte para seguir, tendrás que equivocarte en millones de ocasiones para aprender y yo estaré ahí, no lo dudes ni un momento, para ayudarte, para aconsejarte cuando así me lo pidas, para aliviarte el dolor siempre que me sea posible, para llorar contigo si es necesario. Pero ten por seguro que el dueño de tu vida serás tu y aunque la experiencia de los años que te llevo me diga que algo te va a doler, dejare que seas quien decida lo que hacer en cada ocasión que sea necesario.

Ahora que aún eres pequeño si trataré de evitar caídas que por tu corta edad puedan entrañar un riesgo claro para tu vida, porque nada me gusta más que verte crecer cada día, escuchar tus carcajadas cuando juegas al pilla pilla con tu hermana, ver como disfrutas cada bocado cuando comes. Por eso espero que esta amarga experiencia quede en una simple anécdota y me recomponga del susto cuanto antes para seguir disfrutando de ti ahora que eres pequeño, y acompañandote siempre que así lo decidas cuando seas mayor. 

Y pase lo que pase te voy a querer siempre, por ello te voy a respetar en tus opiniones y decisiones, y hasta que tu conciencia no vea el peligro intentare protegerte entendiendo que los posibles golpes te ayudaran a aprender sobre la vida. 

Ahora se que serás una de las dos mayores preocupaciones que voy a tener en mi vida y que irán creciendo en magnitud al igual que lo haréis vosotros. Pero en cualquier caso mis brazos estarán siempre abiertos, mi hombro preparado y mis oídos dispuestos para ti y para ella. 

jueves, 10 de octubre de 2013

¿Todo en exceso es malo?

Hace unos días tuve una conversación con un amigo acerca de los mimos a los niños. Tenía al peque pachucho y me dijo "pues ahora a darle mimos, pero no muchos que todo en exceso es malo".
 
Esa frase me dejo un tanto paralizada, mi corazón dio un pequeño salto y en seguida conecto la respuesta en mi cabeza. El exceso de amor nunca, jamás es malo. Y así le di mi respuesta. 
A lo que me dijo "puede ser malo porque le puedes convertir en un niño mimado". Pero bajo mi punto de vista y siempre en mi humilde opinión, esto no es así. No debemos confundir el amor con los límites. Es decir, un niño mimado entiendo que no es algo bueno, pero yo lo relaciono más con aquel al que no se le ponen límites, a todo se le dice que sí y se le pone en bandeja todo tipo de acciones y cosas materiales de manera que nunca necesita esforzarse para conseguir un objetivo. Eso es un niño mimado, repito, en mi opinión, y por supuesto que estoy de acuerdo en que eso no es bueno para nadie. 

Sin embargo besar, acariciar, abrazar o decir te quiero en exceso nunca puede ser malo. Ni a un niño ni a un adulto, a nadie absolutamente. Sino, mientras lees esto ponte a pensar en como te sientes cuando alguien te da alguna muestra de cariño, un abrazo, un beso, una caricia, una simple sonrisa, un te quiero. Seguramente todos sintamos lo mismo y en todos los casos nos causa una emoción positiva, nos gusta y nos complace, en definitiva nos hace sentir bien. Entonces en este caso el exceso no puede ser malo, algo que es placentero, que gusta y que hace sentir bien, nunca puede ser malo. 

Y volviendo al caso del niño es perfectamente compatible dar amor sin límites y a la vez poner límites al niño. Lo importante es eso hacerlo desde el amor. De hecho poniendo límites le estamos dando amor porque le estamos demostrando que nos importa, le estamos enseñando a diferenciar lo que está bien de lo que esta mal y lo estamos haciendo por el. Y por supuesto que lo normal es que esto suponga frustración para el niño con su consecuente enfado pero según vaya creciendo se dará cuenta de lo mucho que le importa a sus padres. Recuerdo una película que vi una vez, de la que no recuerdo el título, pero trataba de una chica que desde siempre pudo hacer lo que le dio la gana sin que sus padres le dijeran nunca nada, ni le prohibieran nada. Ya en la adolescencia decidió asesinar a alguien solo por ver la reacción de sus padres, buscando que la regañarán o se enfadaran con ella porque estaba convencida de que a sus padres no les importaba absolutamente nada lo que le pudiera pasar. 
Recuerdo como me impactó la cara de su madre escuchando a su hija como le relataba el porque lo había hecho. Y sí, era solo una película, pero con un mensaje muy claro y absolutamente cierto. Poniendo límites estamos mostrando amor, estamos demostrando que en este caso nuestr@ hij@ nos importa. 

Pero no debemos olvidar que poner límites no es incompatible con dar amor y que dar amor nunca es malo porque sí la fe mueve montañas como dicen algunos, el amor salva vidas y desde luego regalamos felicidad a todo aquel que recibe cualquier simple gesto cariñoso de nuestra parte. 

Además para dar amor hay que sentir amor, y como siempre digo, cuando algo se hace desde el corazón, y en este caso sale de ahí, podemos estar seguros de que no nos equivocamos. 

Por todo ello y porque no me sale otra cosa del corazón, seguiré besando, acariciando, abrazando, y diciéndoles te quiero hasta la saciedad a mis hijos hasta el día en que me muera, porque si de algo estoy segura es que el exceso de amor no les va a hacer jamás ningún daño. 

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La cultura del miedo

Cuando nacemos somos seres dependientes pero libres. Necesitamos de alguien, en primera intancia de nuestra madre principalmente y de nuestro padre sobre todo cuando dejamos de ser bebés. 

Ya de niños nos inculcan unas normas que llaman de "convivencia" que se supone que debemos cumplir para formar parte de la sociedad. Lo más lógico es pensar que estas normas deben hacernos interiorizar unos valores que de inicio son perfectos, el respeto hacia los demás, el amor al prójimo, el valor de la familia, de la amistad, la responsabilidad de nuestros actos, y un largo etcétera que sí los leemos así simplemente, suenan muy bien. 

Sin embargo la realidad es completamente distinta. Tal y como se ha implantado la sociedad actual, los valores mencionados anteriormente distan mucho de lo que en realidad acabamos aprendiendo y por lo tanto, acabamos transmitiendo a las generaciones venideras. 

Empecemos por el primero. Respeto a los demás. Y hagámonos la pregunta, que es lo fundamental para poder respetar a los demás? Indudablemente el respeto hacia nosotros mismos. La realidad es que pocas personas tienen ese respeto por sí mismas, pero porque por un lado, no se lo han sabido inculcar dentro de su entorno familiar porque a su vez a ellos tampoco se lo han podido enseñar, y por otro, porque el sistema se encarga de que nos olvidemos de este valor tan importante. Por poner un ejemplo, desde niños nos ponen etiquetas, "es que mi hijo es tímido", "es que mi hijo es muy bueno", "mi hijo es un poco travieso". En realidad estas etiquetas lo único que hacen es confirmar al niño lo que se espera de el. Si a un niño de le dice constantemente que es travieso lo acaba creyendo hasta el punto que se esmerara porque la siguiente trastada supere a la anterior. Desde pequeños ya somos "encasillados". 
Ya en la adolescencia pocos padres están preparados para entender el cóctel explosivo que supone hacerse un lugar en este mundo cuando tenemos las hormonas disparadas. 

A todo lo anterior hay que sumarle el miedo que se nos transmite durante toda nuestra vida. Por poner un ejemplo, el otro día iba a buscar a mi hija al colegio cuando vi pasar una madre con su hijo al que llevaba en una silla.  El niño no tendría más de 3 años e iba llorando vete a saber porque. Y pude escuchar como su madre le decía "pero ya estas llorando, llorar es de niñas, un chico no debe llorar por cualquier tontería". Me quede asombrada de la poca conciencia que tiene esa madre del daño que le está haciendo a su hijo. Son pocas palabras pero llenas de malas enseñanzas. Por un lado está menospreciando la emoción que esta experimentando el niño. Nadie llora por nada, y el que crea que no es verdad, que intente llorar porque sí, a ver si consigue soltar una sola lagrima. El llanto siempre lleva asociada una emoción, a veces negativa como puede ser la rabia, el miedo, la impotencia o el dolor, y otras veces positiva, como puede ser la alegría o la ilusión. Por otro lado, un niño de esa edad tiene pocas herramientas para expresar lo que siente y si se siente mal no tiene un control del lenguaje excesivamente amplio para poder expresarlo, por eso lo hace a través del llanto. Además, le está restando importancia a los sentimientos del niño. Y por último y aún más importante, le está transmitiendo miedo, si lloro me llamarán niña o dirán que soy poco hombre. Si, es pequeño pero precisamente por eso es tierno y esta en pleno aprendizaje por lo que aunque no lo creamos esas palabras quedarán grabadas en su inconsciente lo que probablemente de mayor le lleve a no saber expresar sus emociones, a contenerse por miedo a ser rechazado. Puede que no con que se lo digan una vez, pero me da que aquello que escuche no era ni la primera ni la última vez que aquella madre le diría algo así a su hijo. Por el momento su madre no le esta transmitiendo el respeto que merece su dolor, lo que hará que el mismo tampoco lo respete cuando sea adulto.

Es sólo un pequeño ejemplo como desde niños ya nos van haciendo interiorizar esa "cultura del miedo". 

Ya de adultos es el propio sistema el que se encarga de hacerlo a conciencia. Miedo a comer cosas que curiosamente nos gustan pero que son "malas" para la salud. Miedo a morir, por ejemplo, ponte el cinturón de seguridad en el coche, y si decido que prefiero morir en caso de accidente que llevarlo? Miedo a no tener una casa propia... 

Si nos diéramos cuenta de que esos miedos nos hacen presos, probablemente empezaríamos a trabajar enfocandonos en enterrarlos. Al sistema le conviene tener aterrorizada a la sociedad porque de ese modo no les permite pensar con libertad y por lo tanto es difícil que se rebelen. Esto llevado a nivel genérico y global. A un nivel más particular, las reglas de "convivencia" se han convertido en inculcar miedos absurdos que no nos dejan ni nos van a dejar nunca actuar en plena libertad. Miedo a ser rechazados, miedo a no ser queridos, miedo a llorar son sólo unos cuantos ejemplos de la poca libertad que tenemos. Todo ello hace que no nos respetemos en absoluto lo que hace completamente imposible que podamos respetar a los demás. 

Con todas esas ideas, consiguen también que se programe nuestra cabeza con lo que "debemos" hacer para "hacer el bien", haciéndonos olvidar así lo verdaderamente importante que es el corazón y lo que sentimos a través de el con las emociones. Esto afecta gravemente la autoestima, el amor hacia uno mismo, por lo tanto será difícil si no nos amamos a nosotros mismos, ser capaces de amar a otro. 

El valor de la familia, como demonios vamos a inculcar ese valor si el sistema se ha encargado de anular por completo el concepto, no pudiendo los padres pasar tiempo suficiente con sus hijos. Es difícil hacer vida familiar si las horas en familia son mínimas.

Por eso quisiera desde aquí lanzar un grito a quien pueda leer este post para que despierte y empiece a luchar contra sus miedos, todos, lo suyos propios y los heredados, porque ese es el único camino que existe a la verdadera libertad. Siendo libre puedes sentir de verdad tu corazón, puedes sentirte, decidir lo que realmente quieres hacer con tu vida, respetarte, quererte y por lo tanto respetar y amar. 

viernes, 23 de agosto de 2013

La importancia de aprender a decir NO

Esta entrada la escribo porque alguien especial me lo ha pedido. Se trata de una joven brillante que a pesar de su corta edad, tiene mucho interés por aprender sobre algunos temas e inquietudes poco frecuentes en los adolescentes actuales. Una chica especial que estoy segura que algún día será una gran médico.

De inicio me gustaría aclarar que no soy Psicólogo ni experta en nada, lo que voy a exponer se basa en la información que he podido recopilar a lo largo de varios años y sobre todo de la experiencia que he adquirido en los diferentes roles que he podido cumplir en mi vida hasta ahora, como niña, como hija, como adolescente, como adulta, como pareja y en los últimos 4 años como madre.

El aprendizaje del NO comienza a los pocos años de nacer. Aproximadamente entre los dos y los cuatro años (meses más, meses menos) todo ser humano pasa por una etapa específica llamada "autoafirmación" o lo que comunmente llamamos "el niño no" o los "terribles 2 años". Esto significa que el bebé que somos cuando nacemos evoluciona para convertirse en niño. Al nacer, como bebé, y hasta más o menos los 18 meses-2 años, sentimos que somos parte de nuestra madre. Es decir somos como una extensión de nuestra madre y sentimos, pensamos que nosotros somos ella. Pues bien, a partir de los 18 meses aproximadamente, evolucionamos y nos damos cuenta de que somos seres diferentes, que "no somos mamá". Por eso la forma de "autoafirmarnos" como persona individual y ser ÚNICO es negando al otro. Yo me doy cuenta de quien soy negando al otro. Es decir, yo puedo decidir, opinar y hacer de forma diferente, a mamá y papá en primera instancia y frente al resto de personas que forman parte de mi vida.

Aquí comienza una de las etapas más difíciles para los padres, y hablo por experiencia porque ahora mismo estoy en plena autoafirmación de mi príncipe. Pero a la vez experimentando el final de esta etapa con mi princesa.

¿Cómo actuar como madre/padre/cuidador?

Desde mi punto de vista y con toda la información de la que dispongo, si quiero que el día de mañana mis hijos sean mentalmente sanos tendré que armarme de paciencia y darles su tiempo. Es decir, la primera respuesta por parte del bebé a una orden o petición será decir NO. Por experiencia puedo decir, que esperando un tiempo prudencial él mismo efectuará lo que le hemos pedido, pero será decisión suya y no tuya. Lo cierto es que hoy en día siempre vamos corriendo a todas partes, el tiempo no es precisamente lo que sobra y muchas veces, demasiadas, se nos hace imposible dar ese tiempo del que no disponemos. Entonces otra táctica consiste en negociar, OJO no digo amenazar, ni coaccionar, solo negociar. Por poner un ejemplo. Mi pequeño príncipe le encanta explorar, irse a su bola, y no le supone ningún problema que yo le diga, me voy ahí te quedas. No sale corriendo detrás de mí precisamente. Puede quedarse ahí donde haya decidido quedarse durante bastante tiempo. Lo que he experimentado últimamente es que esperando acaba siendo más fácil que vuelva a venir conmigo. Lo que hago es que me quedo en algún lugar donde no pueda verme y yo si le vea. Le observo y se que mira a ver si me ve y se va acercando, hasta que me ve y vuelve al sitio donde estaba. Entonces me acerco y le explico que por favor, venga conmigo porque tengo que hacer X y me gustaría que viniera conmigo. Puede que alguna vez me haya vuelto a decir que NO, pero lo más habitual es que me acabe diciendo "valeee mamaaaa (¡¡¡tono de qué pesada eres!!!)". Y se viene. Si calculo el tiempo que me lleva esta situación, rara vez supera los 5 minutos. Soy humana y alguna vez pierdo la paciencia y he experimentado lo que ocurre cuando "le obligo a venir". Pataleta, llanto, tirarse al suelo y en definitiva frustración.

Llegados a este punto me acuerdo de muchas opiniones que suelen regalarme, familiares, amigos, acerca de esto. "Es que tienen que aprender a afrontar la frustración porque sino se convierten en niños mimados a los que se les consiente absolutamente todo y claro luego de mayores cuando algo les sale mal se hunden, se drogan o vete a saber que más".

Como opinión, la acepto, pero no la comparto. Bajo mi punto de vista, y repito, como experiencia personal, y por toda la información que he podido obtener sobre el funcionamiento de la mente y su conexión con el corazón, al niño no le queda otra opción que aprender a afrontar la frustración desde bien pequeño. Por poner un ejemplo. Desde que nace surgen situaciones que para un bebé son realmente frustrantes. Tener que esperar minutos, que para un bebé que no tiene concepto de tiempo le parecen horas, para comer, obtener atención, cariño o lo que necesite en ese momento, porque nosotros no podemos por lo que sea. Tener que separarse de su madre porque tiene que irse a trabajar. Ir a una guardería, o ser cuidados por alguien que por mucho que le quieran, no son su madre. Después más mayorcitos no poder jugar cuando quieren porque los papás tenemos que hacer otras cosas y tienen que dejar lo que estén haciendo para venir con nosotros. En fin, para nosotros "tonterías" pero para ellos probablemente problemas que a nuestro nivel de madurez pueden asemejarse  a las ganas de llorar que nos entran cuando recibimos una multa o cuando nos toca pagar a hacienda. Y aquí llegamos al punto de poner límites. Es muy importante poner los límites a un bebé o niño, indudablemente, pero deberíamos ser conscientes de que es igual de importante entender que son seres distintos a nosotros, con gustos distintos, deseos distintos y que por lo tanto debemos respetar como lo haríamos con cualquier adulto. Algo que funciona muy bien para saber hasta que punto podemos ceder es preguntarnos, ¿qué es lo peor que puede pasar? Por ejemplo:
  • Se quiere poner unos zapatos que desde luego no van en absoluto con la ropa que lleva. Podré intentar explicárselo, pero si sigue en su empeño, no le voy a obligar. Lo peor que puede pasar es que no vaya a la moda.
  • No quiere ponerse las zapatillas en casa. Todos los niños, o al menos la mayoría les encanta ir descalzos. ¿Qué es lo peor que puede pasar? En verano que se ensucien los pies, se les limpia un poco con una toallita de bebé antes de irse a la cama y santas y muy buenas. En invierno, que se constipe. Le diremos que puede ir sin zapatos pero con calcetines explicando el porque de manera sencilla, o incluso compraremos unos calcetines de esos con suela del personaje que más le guste.
  • No quiere ponerse el cinturón del coche. Cuando se trata de su seguridad evidentemente debemos de ser tajantes y no ceder en absoluto. En ejemplos como este es evidente que habrá que obligarle a ponérselo y aguantar la consecuente rabieta. Con cariño, y una vez que se le pase, le podemos explicar el porqué de que sea imprescindible que se ponga el cinturón. Y aunque probablemente tengamos que repetir lo mismo en varias ocasiones, acabará entendiendo y aprendiendo a distinguir cuando algo es negociable y cuando no lo es, e interiorizando la protección de sus padres. Y no menos importante es no mostrar enfado, agresividad verbal o fisica por su negativa,  por su comportamiento, pues los niños aprenden del ejemplo que les daños y si logramos controlar nuestras propias emociones les enseñaremos a ellos a hacerlo también cuando sean adultos, y les enseñaremos a entender la frustración del otro, a empatizar. 
Sólo son pequeños ejemplos de cómo se puede actuar respetándolos como personas que son y tratar de empatizar con ellos para entender lo que sienten. Y sobre todo, preguntémonos si realmente no podemos dedicar 5 minutos a cada una de estas situaciones, y en caso de que realmente no los tengamos, tratar siempre con cariño y mediante juegos llevar al niño al terreno que necesitamos llevarle en cada momento. Entender su frustración y permitirles llorar, patalear o desahogarse, limitándonos a guiarles para que expresen todo eso de la mejor manera, pero nunca frenarles o prohibirles el llanto o desahogo de la frustración.

Por otro lado, de igual modo que en su caso dicen que NO a todo, tampoco toleran demasiado bien una negativa por respuesta. El método sería el mismo, preguntarse ¿qué es lo peor que puede pasar? Siempre que sea posible darles lo que piden pero cuando ello no sea posible o no sea bueno para él, esperar a que se le pase la rabieta, del mismo modo que en el caso anterior, incluso darle alternativas y cuando esté tranquilo explicarle el porque de nuestra negativa ayudándole a poner palabras a lo que siente, "se que estás enfadado porque quieres que te compre ese coche, pero cariño, no puedo comprarlo porque no tengo el dinero que cuesta, cuando tenga dinero, venimos y lo compramos" ó "se que sientes rabia porque quieres ir al parque, pero ahora no podemos ir. Si quieres cuando comamos (o después del cole, o mañana o cuando sea) nos bajamos un rato al parque".

¿Por qué me he "explayado" tanto en explicar esta fase de nuestra niñez? Porque de esta fase dependerá bastante cómo nos comportemos de adultos con respecto a dar una negativa. Por experiencia propia y por evolución de la sociedad desde siempre se ha dicho que los niños deben hacer lo que dicen sus padres sin rechistar porque para eso son los padres. Y si no cachete al canto y verás como a la siguiente no dice que no. Es hoy y son muchos los padres que consideran que lo de antes era educación y lo de ahora con tanta psicología solo engendra futuros niños vagos, que no valoran nada y sin ningún valor. En mi humilde opinión es todo lo contrario. Esa educación de la vara, mano dura, o como queramos llamarlo, no hace más que generar adultos con baja autoestima, muchas veces con tolerancia cero a la frustración y sobre todo complacientes con los demás.

Y aquí es donde quería llegar. No son pocas las personas que llegadas a adultas, no son capaces de decir que NO por no molestar al otro, por no quedar mal, porque se supone que es lo que debe hacer... del mismo modo que los niños acaban por no contrariar a papa o mama para que no se enfaden o le den un cachete. Pero todo esto ocurre principalmente, porque la autoestima no es la adecuada, y necesitamos el beneplácito, la aceptación de los demás, convirtiéndonos en seres complacientes. Sin embargo, esto por regla general, nos produce frustración, estrés y aquello de, siento una bola en el estómago y no se porque. Y ahora si que hablo desde mi propia experiencia, desde luego. De un tiempo a esta parte, y con ciertos trabajos profundos de por medio, he aprendido a escucharme, a sentirme con el corazón. Cuando me proponen algo no doy una respuesta inmediata, lo medito, me siento y sobre todo veo lo que siento de corazón olvidándome de la mente por un momento. Y ahí obtengo la respuesta. Y si algo puedo decir es que es absolutamente gratificante lo que sientes cuando dices que NO por primera vez.

Debemos tomar conciencia de nosotros mismos, y darnos el valor que merecemos para nosotros mismos, ese valor que probablemente desde niños, por ignorancia de nuestros padres, por costumbres sociales del tiempo que nos tocó vivir, por reglas de sociedad, nos quitaron o nos hicieron creer que no teníamos. Una vez entendido esto, podremos empezar a curar nuestra autoestima dañada, porque empezaremos a hacer caso de lo que sentimos olvidándonos de todo lo que nos han metido en la cabeza desde siempre, porque eso es solo información, que puede ser buena o mala, pero si algo nos asegurará el éxito en nuestras decisiones, es tomarlas desde el corazón, ahí si que no hay posibilidad de fallo.

Dicho lo cual, considero que es absolutamente necesario para crear adultos psicológicamente sanos, desarrollar la autoestima en nuestros niños, tomar conciencia de las fases por las que pasa una persona hasta convertirse en adulto. Si conocemos estas fases, entenderemos mejor el comportamiento de nuestros hijos, les ayudaremos de verdad si no minamos su autoestima y aprenderán los verdaderos valores que deberíamos tener y no los que por sistema intentan que les inculquemos para que el día de mañana sean robots sin voz ni voto porque no son capaces de escucharse. 

Y nosotros como adultos, debemos tomar conciencia de nosotros mismos y sanar lo que una educación equivocada, por ignorancia o por aprendizaje de nuestros progenitores nos ha dañado, porque no sólo nos ayudara a sentirnos mejor con nosotros mismos, sino que nos hará capaces de transmitirlo a las generaciones venideras. 

Si aprendemos a decir NO, aprendemos a respetarnos, si nos respetamos a nosotros mismos, entonces y sólo entonces seremos capaces de respetar a los demás. 

martes, 13 de agosto de 2013

Feliz cumpleaños princesa

Hoy ha sido un día muy especial. Hoy hemos celebrado que hace cuatro años llegaste a este mundo. En mi recuerdo queda tu llegada grabada a fuego. Nunca olvidare esa sensación al sentir tu salida desde mis entrañas, al ver tu carita por primera vez, y mis lágrimas corriendo por mis mejillas agradeciéndote infinitamente que me convirtieras en madre. Y aunque es cierto que la experiencia de un nacimiento siempre es especial, lo cierto es que la primera vez es más emocionante. Porque tu y sólo tu me convertiste en madre. 

Después aprender junto a ti, acompañarte en tus primeras veces, esa sensación de saber que he dado vida. Y lo cierto es que no es todo idílico, son muchos los problemas y preocupaciones, de inicio por inexperiencia y después poder entender cada una las fases por las que se pasa en la vida y que cuando nos convertimos en adultos dejamos de recordar. 

Gracias a ti he aprendido que eres única, que debo respetarte y entender que eres como eres, aceptarte tal cual sin etiquetarte, tratando de no influir en absoluto en tu personalidad. Por todo ello te prometo que aunque no seas una niña excesivamente cariñosa, nunca dejare de darte todo el amor que precises. Te prometo que aunque no te
guste dar besos, siempre que lo necesites yo te daré todos los besos del mundo. Te prometo que como no te gusta destacar entre los demás, yo nunca te obligare a hacer nada que no quieras hacer en público. 

Perdóname si alguna vez cometo errores pues yo también estoy aprendiendo contigo. Disculpa mis enfados cuando me cuesta entender como te sientes, te prometo que te ayudare a expresar las emociones de la mejor manera posible sin reprimirte. 

Este año ha sido muy importante porque has dejado de ser un bebe para ser una niña. Una niña preciosa, mi princesa, capaz de hacerme reír hasta en mis peores momentos. Capaz de darme amor sin abrazos ni besos. 

Espero que en esta nueva etapa, con lo que ya hemos aprendido juntas, pueda guiarte del modo más sano y protegerte hasta un punto adecuado sin olvidarme que tendrás que aprender a desenvolverte en la vida por ti misma. 

Espero poder seguir compartiendo juegos y risas contigo siempre que así lo quieras, y poner mi granito de arena para que seas lo más feliz posible. Que tu alma pura y limpia, mantenga su esencia intacta. 

Que sepas que te quiero cuando ríes, te quiero cuando lloras, te quiero cuando estas tranquila, te quiero cuando estas enfadada, te quiero cuando no quieres guardar los juguetes, te quiero cuando no quieres bañarte, te quiero cuando no quieres comer, te quiero cuando duermes, te quiero cuando me llamas por las noches, y si algo puedo afirmar fehacientemente, es que te querré el resto de mi vida. 

Feliz cumpleaños mi amor, 4 años junto a ti, llenos de experiencias y lecciones, emociones y juegos. Pero por encima de
todo, 4 años de amor absoluto. 

Con todo el amor de mi corazón para mi pequeña princesa Noa. 



martes, 6 de agosto de 2013

Un MAR de sensaciones

No me canso de admirarte. Llevo ya un largo rato mirando el ir y venir de tus aguas en forma de olas. Tu brisa acaricia mi piel suavemente mientras respiró con una sensación de infinita libertad. Tu fina arena tapa mis pies desnudos provocando esa sensación que con cada pisada reconozco como un suave masaje. La luz del sol te ilumina haciendote más bello si es que es posible. 

Y aquí sentada sobre la toalla quedo embobada mirando tu horizonte infinito, mientras decenas de pensamientos pasan por mi cabeza en armonía con la emoción que me produce estar a solas contigo. Porque es cierto que mi vida actual no me permite demasiados momentos de soledad. Y ahora que lo tengo, puedo sentirme profundamente, incluso dejando de escuchar los gritos y las risas de los niños que juegan cerca de mi. Envolviéndome en ese halo de tranquilidad que siento cada vez que estoy cerca de ti. Ese olor indiscutiblemente tuyo que invade cada rincón. 

Y es que si algo se de mi futuro es que algún día viviré cerca de ti, donde pueda observarte siempre que quiera y donde se que tengo un lugar que armoniza mis sentidos y une mi mente y mi corazón como nada puede hacerlo. Sueño en infinitas ocasiones contigo y ahora que estoy aquí me gustaría convertirme en sirena para hacerte mío.

Nada hay como tu para darme paz, no imagino melodía más bella que el sonido de tus olas, no existe otro lugar que me transmita tanto, eres la mejor definición de felicidad para mi. 

Y mientras que ese futuro no llegue, prometo que te visitare siempre que me sea posible. Porque sólo con mirarte en tu inmensidad, me siento afortunada y la persona más feliz del mundo. 


viernes, 2 de agosto de 2013

Final de una emotiva y sacrificada etapa

Han sido más de tres años, con un descanso de 6 meses entre medias, de lactancia. Creo que puedo dar por finalizada esta bonita y a la vez dura etapa de mi vida. Siempre supe que cuando fuese madre iba a dar el pecho a mis hijos y por suerte así ha sido y lo he podido hacer hasta que ellos lo han decidido dejar. 

Una etapa realmente hermosa por el sentimiento de cercanía, ternura y profundo amor que se ha despertado cada vez que he dado una toma. Poder ver los ojitos de mis bebés observándome mientras con una mano me abrazaban y con la otra me acariciaban. Poder sentir su calor y esa sensación de plenitud que me regalaba cada momento que podía sentirles tan unidos a mi. 

Una etapa dura y sacrificada por los momentos difíciles que no han sido pocos. Al principio las lágrimas se me saltaban por el dolor que produce hasta que se establece definitivamente, por esas grietas que incluso sangran durante las tomas. El sacrificio de dejar de hacer ciertas cosas que quizás me apetecía hacer pero no debía por el bien de ellos. Las noches de infinitos despertares para saciar su necesidad de alimento y muchas veces de cariño que reclamaban a través del pecho. 

Lo volvería a hacer una y mil veces porque para mi y en mi humilde opinión, es una de las mejores sensaciones que he podido experimentar como madre y una de las experiencias que me han ayudado a sentirme realizada como persona. 

He recibido muchas críticas por dejar que ellos decidieran hasta cuando, pero nunca he dudado sobre lo que quería hacer y me siento enormemente orgullosa de que haya finalizado cuando ellos lo han decidido. Y repito, lo volvería a hacer una y mil veces. Por ellos porque estoy convencida de que la naturaleza es sabía y no hay nada mejor que la leche materna para un bebé. Porque para ellos no sólo es alimento, es seguridad, cariño y apego. Porque para mi, dentro de las dificultades, han sido muchos los momentos que he podido disfrutar de su calor, sus tiernas caricias y sus inocentes ojos mirando mi rostro. 

Sabía que esto tendría un final y ahora que ha llegado, puedo definirlo como una de las experiencias más enriquecedoras, tiernas y bonitas de mi vida a pesar de los inconvenientes y críticas que me he encontrado. 

He de decir que leí mucho acerca de lactancia, busque información siempre que tenía cualquier inconveniente y en conclusión saque que los pediatras saben de enfermedades pero muy poco de crianza, me di cuenta de que mi naturaleza interior esta más del lado de la crianza natural. He aprendido en cualquier caso a respetar a todo el mundo. Aquella madre que no quiere dar el pecho a su bebe merece todo mi respeto igualmente. Aunque me hubiera gustado que respetaran mi decisión de dejar que fuesen ellos los que lo dejarán como lo han hecho, de forma natural, sin haberles negado nunca una toma y habiendo respetado sus tiempos. Pero me gustaría desde aquí animar a aquellas madres que deseen dar el pecho a sus hijos, que se informen, que no decaigan en su empeño y que sepan que son pocos los casos en los que una madre no puede amamantar a su hij@. 

En definitiva, una maravillosa y a la vez sacrificada etapa que da paso a otra nueva que sin duda estará llena de buenos y malos momentos, pero que me enseñaran y me permitirán disfrutar de ellos desde una nueva perspectiva sabiendo que algún día echarán a volar. Esperando  ser capaz de ayudarles en todo lo que me necesiten y convencida de que seguiré haciéndolo desde el respeto que merecen y dándoles para todo el tiempo que ellos precisen. 

domingo, 14 de julio de 2013

Un sueño

El otro día soñé que miraba por la ventana y podía verte, jugando entre los árboles, saltando y riendo sin parar. Poco después me di cuenta de que era yo misma y el reflejo del momento que estoy viviendo.

Una sensación que nunca antes había podido sentir, una mezcla de ilusión, alegría, placer, fuerza, amor, pasión y ganas de comerme el mundo. Puedo decirlo por fin, he conseguido La Paz interior. Una sensación indescriptible que hace que cada mañana despierte con ganas de vivir y sentir el nuevo día. Emocionarme contigo, con el, con ellos, disfrutar de cada segundo aún sabiendo que seguro tendré que lidiar algún que otro "toro". Pero con esta fuerza, esta ilusión y esta energía positiva no hay obstáculo que no logre saltar. 

La soledad ya no es un problema, el miedo ha desaparecido, la angustia ha salido por completo de mi alma, ya no vivo esperando que pase algo como antes, lo que me permite disfrutar cada momento como si fuera el último. Con ganas de todo, sin miedo a nada, esperando el mañana como una nueva oportunidad de aprender, porque de todo lo que nos pasa, sea bueno o malo siempre hay una lección de vida. De la capacidad de aprender o no, de la atención que prestemos a cada hecho, dependerá que sepamos enfrentarnos de nuevo a ello en otra ocasión. 

Dicen de la felicidad que es algo efímero, que son sólo momentos puntuales, por eso hasta yo misma me sorprendo de que esta sensación dure tanto tiempo seguido. Antes cuando en algún momento me sentía así, pensaba que algo malo pasaría pronto seguro. Sin embargo ahora, ni siquiera pienso ni siento eso. Y lo cierto es que no pido nada más, sólo que pase lo que pase, siga siendo capaz de superarme cada día, y seguir creciendo en mi interior, ofreciéndome y ofreciéndote la mejor versión de mi misma. 

Y no se sí esta sensación durara para siempre, pero, desde luego, si esto que estoy viviendo es un sueño, no me despiertes que estoy durmiendo. 



miércoles, 10 de julio de 2013

UNA HISTORIA DE LA NIÑEZ

Ella no había cumplido los 9 años cuando su deseo al soplar las velas de cumpleaños, o al brindar tras las campanadas de fin de año, siempre era el mismo, que él dejara de beber. En una ocasión creyó que su deseo se había hecho realidad cuando poco tiempo después regresó a casa diciendo que iba a empezar a beber cerveza sin alcohol. Aún recuerda la alegría y la sensación de paz que invadió su pequeño cuerpo. Sin embargo, esta decisión duró poco tiempo y pronto la situación volvió a lo de siempre. Gritos, tensión y una falta de comunicación que no les permitiría nunca conocerse de verdad.

Es cierto que nunca fue agresivo con ella físicamente aunque psicológicamente era otra historia. Recuerda desde bien pequeña sentir cómo parecía que se le iba a salir el corazón del pecho sólo con escuchar el sonido de la llave entrando en la cerradura. Recuerda saltar como un resorte desde el sofá para irse lo más rápido posible a la cama pensando, qué sería esa noche, a quien le tocaría soportar sus gritos y su mal humor en primera persona. Durante mucho tiempo ella sintió miedo, mucho miedo. Este miedo le parecía bastante irracional, pero con el tiempo se ha podido dar cuenta de que a una niña se le ocurren un montón de cosas por la cabeza que podían pasar. Hasta donde llega su memoria, recuerda que en su mente le comparaba con el Dr. Jekill y Mr. Hyde. Por la mañana, recién levantado estaba tranquilo, no había tensión, era tolerante, no muy cercano pero de trato normal. Pero a la noche se convertía en alguien diferente, parecía otra persona, Mr. Hyde, estaba siempre enfadado y pagaba su frustración con el primero que se le cruzara. Con el paso de los años el Dr. Jekill dejo de aparecer y la mayor parte del tiempo convivía con Mr. Hyde. 

Y así fue creciendo, presenciando situaciones desagradables y difíciles de entender para la edad que ella tenía. Palabras que minaban su autoestima, decisiones irracionales que le llenaban de rabia e impotencia, un trato machista que provocaba en ella sentimientos de odio y a la par de culpabilidad por no sentir amor hacia el. 

Con los años la necesidad de ayuda en forma de tratamiento médico que fue necesario para superar la ansiedad que sentía sólo con verle. 

Ahora esa niña ya es una mujer que puede mirar atrás sin sentir rencor, sin sentir miedo, sin sentir culpa. Con la capacidad de agradecer lo bueno que también le dio. Cosas materiales que hubiera cambiado sin ningún tipo de duda, por escuchar un te quiero de sus labios, o un, tranquila hija, todo va a salir bien. Agradecer sin duda lo mucho que le enseño todo lo vivido a su lado para saber ahora tratar a sus hijos con todo el respeto posible para que no pasen en absoluto ni un sólo segundo de miedo. 
Con el maravilloso poder de perdonar todo aquello que durante su tierna infancia le hizo sentir. Con la fuerza suficiente para pedirle perdón por no haber sido capaz de comprenderle antes, pues al fin y al cabo dentro de el tambien había un niño muy herido al que nadie supo enseñar a demostrar sus emociones, a expresar sus sentimientos, un niño al que le daban chupitos de aguardiente cuando tan sólo era un bebe para acallar su llanto. Un niño al que incluso le practicaron un exorcismo para ver si así dejaba de llorar. 

Es sin duda una niñez que dista mucho de la que ella le dará a sus hijos, y que le gustaría profundamente que hubiera sido de otro modo, pero al menos ha sido capaz de evolucionar para ver lo que se esconde tras todo aquello e interiorizar infinidad de enseñanzas que todo ello le ha proporcionado. Una niñez que ya no le duele recordar sino fuera porque no les permitió a ninguno de los dos conocerse de verdad. 

Una niñez que ahora le ha hecho una adulta fuerte, con las ideas muy claras y con la misión de no cometer los mismos errores con los que ahora son sus niños. 

Una niña de la que yo ya no me olvido, porque aquella niña fui yo. 

jueves, 4 de julio de 2013

TU RECUERDO

Toda mi vida me ha encantado observar la luna, sobre todo cuando es llena. Y si además puedo estar sentada frente al mar, el momento resulta aún más mágico. Siempre que se dan estas circunstancias me cuesta muy poco interiorizar dentro de mi y empezar a pensar en muchas cosas. Con el suave sonido del va y ven de las olas, con la brillante luz de la luna reflejada en sus aguas, me siento sobre la fina arena, rodeo mis rodillas con mis brazos y respiro profundamente. Entonces vienen a mi mente un montón de pensamientos que me hacen sentir emociones muy intensas y especiales. 

Sobre todo me acuerdo de mucha gente, mi madre, mi padre, mi familia en general, amigos especiales, mi niñez, y por increíble que parezca siempre acabo acordándome de ti. Y es curioso porque apenas pude conocerte ya que creo que ni siquiera había cumplido un año cuando te fuiste. Sin embargo me han contado historias increíbles sobre ti. Jamás he oído ningún comentario negativo sobre tu personalidad. He podido ver fotos tuyas y alguna de ellas sosteniéndome en tu regazo. En estas fotos, ya se podía ver tu mirada triste, cansada, como si supieras que te quedaba poco tiempo de vida. Incluso algunas cosas que decías a mi madre, parecía indicar que no te quedaba mucho tiempo. Tampoco es de extrañar, tras una vida llena de historias duras. Una guerra, muchos años difíciles de postguerra, una vida dedicada al trabajo y a la familia. Una mujer que no supo jamás apreciar al maravilloso ser que tenía a su lado. Supongo que todo ello te llevo a una muerte demasiado temprana que lamento profundamente por no habernos dejado disfrutar de ti durante más tiempo. De mi dicen que era un bebe muy llorón, pero seguro que contigo no lloraba porque si sólo con ver esas fotos ya puedo sentir tu ternura, me puedo imaginar como podía sentirme al estrecharme  entre tus brazos. 

Siempre he creído que sigues ahí, que un trocito de ti quedo en nosotros, sobre todo en el corazón de mi madre que siempre se ha lamentado por no tenerte a su lado y que cree, profundamente, que su vida habría sido muy distinta de haber podido contar con el apoyo incondicional que siempre le brindaste. 

Espero que tu alma haya encontrado un cuerpo en el que evolucionar y que tu esencia este siendo disfrutada por otras personas. Quien sabe, quizá no estés tan lejos y por eso pese a no conocerte apenas, me acuerde tanto de ti. 

Estoy deseando volver a la playa en mis próximas vacaciones, para poder disfrutar de nuevo de esos momentos, de esos pensamientos, de esos recuerdos, porque pese a no haberte podido conocer de verdad, te llevo en el corazón. Te quiero abuelo. 

domingo, 30 de junio de 2013

LA MEJOR EDAD

Hace unos días tuve una conversación con unos compañeros que surgió a raíz de que una de ellas cumple 30 años esta próxima semana. Pues bien, muchos le decían que si no sentía la crisis de los 30, que si no estaba deprimida y no se cuantas cosas más.
Yo quise dar mi punto de vista, y trate de animarla siendo lo más sincera que se puede ser y le dije que desde luego yo nunca me había sentido igual de bien en mis 35 años anteriores. Alguno de los presentes en la conversación me planteo entre risas que si no volvería a los 20 años. Y sinceramente yo desde luego no. Voy a cumplir en pocos meses 37 años y hablando con el corazon, no volvería ni un sólo año atrás. Puede que algo que hice hace unos meses haya cambiado mi perspectiva de la vida y cierto es que para llegar a este punto he tenido que tocar fondo antes, sentirme en el agujero más profundo que uno pueda sentirse, incluso llegando a odiarme por muchos motivos. A raíz de aquello que hice para cambiar la horrible pesadilla en que se convirtió mi vida, ha cambiado de un modo radical mi forma de pensar, de sentir, y de tantas y tantas cosas que no se sí podría llegar a explicar. 

Ahora me despierto por las mañanas y no tengo ansiedad. Da igual si hace sol, si esta nublado, si hace frío o si hace calor, si llueve o hace viento, estoy segura de que va a ser un buen día. 

He aprendido a empatizar con los demás sin sufrir con ellos. Incluso tengo una extraña sensación de saber de algún modo, sólo con una mirada, que es lo que siente aquel que tengo enfrente. Esto me ayuda a entender muchos comportamientos que antes criticaba porque se que en el fondo esa forma de comportarse viene determinada por algo que ha pasado en su vida. Y no es justificar cualquier cosa, pero si comprenderla. 

Aprendo algo todos los días, curiosamente de los que más aprendo es de mis pequeñiñes, porque se que en ellos esta la pureza que los adultos hemos perdidos al entrar en el sistema. 

Tengo inquietudes distintas a estos años atrás y me hacen sentir bien porque ahora se basan en mi misma y en lo que yo puedo hacer por mi y no lo que debo o no hacer para gustar a los demás o ser aceptada. 

A veces me siento un poco extraterrestre ante algunas conversaciones por lo diferente que lo veo todo con respecto al resto, pero al contrario de lo que sucedía antes, lejos de hacerme sentir mal, me hace sentir bien y prestar atención a todo y a todos porque siempre saco alguna conclusión, adquiero algún aprendizaje de todo lo que observo y escucho. 

Puedo sentir infinidad de sensaciones que antes no sentía. Disfruto de lo más insignificante. No sufro por aquello que no esta en mi mano cambiar. Tengo sueños alcanzables y trato de vivirlo todo con la intensidad que merece. 

El conjunto de todo lo anterior, hace que para mi sea el mejor momento de mi vida por ahora y por lo que no volvería atrás en el tiempo. Puede que físicamente tuviera más energía que ahora pero la capacidad de sentir, de pensar, de cumplir sueños, de saber que cada día voy a poder experimentar como poco las emociones, sensaciones y sentimientos del día anterior, supera con creces la necesidad de volver a la fortaleza física que tenía hace más de una década. 

He recuperado la conexión corazón-alma con la que nací y eso convierte lo negativo en una enseñanza, lo positivo en una agradable emoción, el sufrimiento en una búsqueda del porque y no en una lamentación. Puedo decir que me siento enamorada de la vida y eso no lo he sentido de este modo nunca. 

Por lo tanto, en conclusión, para mi, la mejor edad es aquella en la que uno se encuentra consigo mismo, recupera esa conexión, y es capaz de vivir a través de los sentimientos dejando en un segundo plano la cabeza, los prejuicios, la cultura, el sistema y todo aquello que a lo largo de los años han empañado lo que debería prevalecer en cualquier aspecto de la vida, hablar, sentir, trabajar, amar, abrazar empleando siempre siempre el corazón. 

lunes, 24 de junio de 2013

TU SONRISA

Dicen que son 17 los músculos que utilizamos para sonreír, pero es curioso que cuando tu utilizas esos 17 músculos puedo sentir como los más de 650 músculos de mi cuerpo perciben esa dosis de energía positiva que tu me regalas. P...uedo sentir cada carcajada tuya como una vibración que inevitablemente arranca una sonrisa en mi. Ver esa alegría innata que acompaña tu inocencia y delata lo frágil que eres me ayuda cada día a ver lo importante que es sonreír. Y pese a los momentos malos que a veces tenemos los "mayores" tienes el enorme poder de hacer que se me olviden sólo con una sonrisa, y del hecho de que me hayas elegido para acompañarte en los primeros años de tu vida, mi mejor regalo es todas y cada una de tus sonrisas, cada pequeña o gran carcajada que tengo el placer de presenciar y que no hace sino más que recordarme lo importante que es no olvidarme de la niña que sigue en mi. Por eso disfruto tanto jugando contigo, riendo contigo y siento que cada uno de esos momentos quedan grabados dentro de mi como pequeños tesoros. Y te prometo que siempre intentare ayudarte a que mires al futuro con una gran sonrisa, enseñarte a reírte de lo malo y a divertirte lo máximo posible en el presente. Y sobre todo que mantengas intacta la naturaleza espectacular de esa/e nin@ que llevas dentro.


viernes, 21 de junio de 2013

MIEDO


Esa sensación de intranquilidad, que nos quema por dentro a veces y que nos desespera otras.  Que nos hace sentir vértigo y nos acelera el corazón. Que no nos deja dormir, que nos hace actuar de manera irracional, que nos provoca ansiedad. El día que nos demos cuenta que si perdiéramos el miedo a todo eso que nos han “programado” desde bien pequeñitos entenderíamos lo fácil que es ser feliz. Pero, ¿cómo? Pensando, sintiendo de donde viene esa emoción que a veces duele y nos hace actuar desde la sin razón.  

Entendiendo la verdadera naturaleza del miedo, entenderemos su procedencia y con un poquito de consciencia nos daremos cuenta del sinsentido que tiene. Por ejemplo, ¿miedo a perder a la pareja? Si tenemos claro que aquel que está a nuestro lado es porque quiere estar, que nos acepta tal cual somos, que le aceptas tal cual es, entiendes que es un ser independiente que ha elegido en libertad compartir su felicidad contigo, que le une a ti un profundo amor y ningún tipo de necesidad, que te respeta y sobre todo entiendes que esa persona no debe completarte a ti porque tu ya eres un ser completo, entonces ese temor desaparecerá. 

Yendo más allá, puede que el temor a perder a la pareja sea un miedo aún más profundo, miedo a estar solo. Pero es necesario y suficiente aprender a estar solo, quererte como eres, respetarte, y ser fiel a ti mismo para sentirte bien solo. Y entonces, sólo entonces, estarás preparado para vivir en pareja. Desaparecerá el miedo primitivo a estar solo si aprendes a quererte y aceptarte, si aprendes a entender tu emociones, si eres capaz de desprogramar tu cabeza de todo lo que las costumbres, cultura, ideas preconcebidas, tabúes, etiquetas, sistema, educación, opiniones corrompidas por todo lo anterior que irremediablemente han programado tu cabeza y nublado el corazón. Y si eres capaz de llegar a ese punto, volverás a tener con tu corazón la potente conexión con la que naciste. Y así, empezando a actuar con el corazón, olvidándote de todo lo anterior y dejando en la cabeza lo no dañino, entonces, te darás cuenta de lo mucho que puedes llegar a disfrutar de todo, hasta de lo más insignificante. Si te quieres, te quieren, si te respetas, te respetan, si te valoras, te valoran, si amas con el corazón, te amarán.

Perder los miedos, en definitiva, te ayudará a vivir con mayor intensidad cada momento, a valorar lo que tienes a tu alrededor, a apartar de ti aquello que no es bueno, y sobre todo y ante todo a ser verdaderamente feliz.

Y recuerda que aquel que no es capaz de hacer algo, tratara de convencerte de que tu tampoco eres capaz, pero que el no pueda no significa que tu no PUEDAS, ¿ok?

lunes, 17 de junio de 2013

Feliz cumpleaños

Un día tal como hoy, 17 de junio, pero de hace dos años, naciste, tú, mi pequeño gran príncipe Rodrigo. Todavía hoy puedo recordar la expresión de tu carita al verte por primera vez. Ya eras gordito y había que reprimirse mucho las ganas de mordisquearte los mofletes. Cariñoso desde el minuto uno de nacer, con una necesidad de cercanía que hacía delicioso cada momento a tu lado. Llorabas solo por... hambre y ahora sigue siendo tu hobbie preferido ¡¡comer!! Siempre curioso me sorprendía lo mucho que observabas, a pesar de tener apenas meses, lo rápido que aprendías todo.


No tardando mucho, aprendiste a andar, lo que agradecimos mucho todos aquellos que te llevábamos en brazos, porque de siempre has sido grandote y…. Cuando comenzaste a andar, se juntó con tu enorme curiosidad por las cosas, una bomba de relojería que se tradujo en momentos tan subrealistas como tener que bajar a recoger un tendedero a la calle porque lo habías tirado por la terraza, o como llevarnos papá y yo el peor de los sustos al ver que te habías ido de la tienda donde estábamos para “descubrir mundo”. Pero no dejas de sorprenderme día a día porque algo me dice que eres un ser especial y que has venido a este mundo a hacer algo realmente importante. Y desde luego, yo estaré siempre que me necesites a tu lado, ahora que eres pequeño, tratando de guiarte para que no seas un ser manipulado más y después en todo aquello en lo que tu me necesites.

Pero ante todo tengo que darte las gracias por elegirme como madre, como guía, y por darme tanto, solo con clavar tus ojos en los míos. Por enseñarme el amor puro que hay en ti y hacerme recordar tan a menudo lo que es un alma no corrompida, y un corazón no contaminado, y aunque es difícil que todo eso no se vea modificado por el entorno con el paso de los años, por mi parte trataré de que mantengas esa pureza y dejarte ser tu SIEMPRE, porque tal y como eres, dando besos y abrazos, o enfadado y soltando manotazos, no dejas de ser único, especial y amor en su estado más puro.

Feliz cumpleaños, mi amor, mi solete. Te quiero, te quiero con toda el alma, y te admiro profundamente por la vida que transmites, por el amor y la ternura que provocas. Con todo mi amor,
MAMA




miércoles, 17 de abril de 2013

MIENTRAS DUERMES...

Puedo ver en tu rostro la dulzura de tu semblante, llenándome de la ternura que desprende. Siento tu bracito abrazándome quedando tu pequeña manita colgando de mi hombro, llenándome del amor más puro que pueda existir. Percibo tu respiración en la piel de mis mejillas haciéndome suaves cosquillas que me llenan de tranquilidad. La cercanía de tu cuerpecito me llena de ese calor tan dulce que incluso puedo oler. 

Y entonces mi mente conecta con mi corazón y soy capaz de sentir y pensar al mismo tiempo mi profunda necesidad de transmitirte toda la seguridad que necesitas para enfrentarte a este mundo de adultos que se olvidaron que siguen siendo niños en lo más profundo de su ser. 

Transmitirte la confianza suficiente en ti mism@ para que el día de mañana consigas todo lo que te propongas. Transmitirte la fuerza suficiente para enfrentarte a las frustraciones que seguro la propia vida te provocará. Transmitirte el amor a ti mism@ que te permita admitir tus errores, superar tus miedos y ante todo creer en ti. Y sobre todo transmitirte que eres unic@ y muy muy importante. 

Y por fin mi mente aterriza de nuevo junto a tu dulce dormir y reconozco que la maternidad no es tan ideal como pensaba antes de ser madre y que es difícil lidiar muchos momentos junto a ti. Pero sigo pensando sin ninguna duda, que los momentos de felicidad que me proporcionas, las risas que me provocas y el amor incondicional que llevas dentro de ti hace que me sienta orgullosa de que me hayas elegido como mami. Te quiero mucho.