Un día tal como hoy, 17 de junio, pero de
hace dos años, naciste, tú, mi pequeño gran príncipe Rodrigo. Todavía hoy puedo
recordar la expresión de tu carita al verte por primera vez. Ya eras gordito y
había que reprimirse mucho las ganas de mordisquearte los mofletes. Cariñoso
desde el minuto uno de nacer, con una necesidad de cercanía que hacía delicioso
cada momento a tu lado. Llorabas solo por... hambre y ahora
sigue siendo tu hobbie preferido ¡¡comer!! Siempre curioso me sorprendía lo
mucho que observabas, a pesar de tener apenas meses, lo rápido que aprendías
todo.
No tardando mucho, aprendiste a andar, lo que agradecimos mucho
todos aquellos que te llevábamos en brazos, porque de siempre has sido grandote
y…. Cuando comenzaste a andar, se
juntó con tu enorme curiosidad por las cosas, una bomba de relojería que se
tradujo en momentos tan subrealistas como tener que bajar a recoger un tendedero
a la calle porque lo habías tirado por la terraza, o como llevarnos papá y yo el
peor de los sustos al ver que te habías ido de la tienda donde estábamos para
“descubrir mundo”. Pero no dejas de sorprenderme día a día porque algo me dice
que eres un ser especial y que has venido a este mundo a hacer algo realmente
importante. Y desde luego, yo estaré siempre que me necesites a tu lado, ahora
que eres pequeño, tratando de guiarte para que no seas un ser manipulado más y
después en todo aquello en lo que tu me necesites.
Pero ante todo tengo
que darte las gracias por elegirme como madre, como guía, y por darme tanto,
solo con clavar tus ojos en los míos. Por enseñarme el amor puro que hay en ti y
hacerme recordar tan a menudo lo que es un alma no corrompida, y un corazón no
contaminado, y aunque es difícil que todo eso no se vea modificado por el
entorno con el paso de los años, por mi parte trataré de que mantengas esa
pureza y dejarte ser tu SIEMPRE, porque tal y como eres, dando besos y abrazos,
o enfadado y soltando manotazos, no dejas de ser único, especial y amor en su
estado más puro.
Feliz cumpleaños, mi amor, mi solete. Te quiero, te
quiero con toda el alma, y te admiro profundamente por la vida que transmites,
por el amor y la ternura que provocas. Con todo mi amor,
MAMA
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