jueves, 4 de julio de 2013

TU RECUERDO

Toda mi vida me ha encantado observar la luna, sobre todo cuando es llena. Y si además puedo estar sentada frente al mar, el momento resulta aún más mágico. Siempre que se dan estas circunstancias me cuesta muy poco interiorizar dentro de mi y empezar a pensar en muchas cosas. Con el suave sonido del va y ven de las olas, con la brillante luz de la luna reflejada en sus aguas, me siento sobre la fina arena, rodeo mis rodillas con mis brazos y respiro profundamente. Entonces vienen a mi mente un montón de pensamientos que me hacen sentir emociones muy intensas y especiales. 

Sobre todo me acuerdo de mucha gente, mi madre, mi padre, mi familia en general, amigos especiales, mi niñez, y por increíble que parezca siempre acabo acordándome de ti. Y es curioso porque apenas pude conocerte ya que creo que ni siquiera había cumplido un año cuando te fuiste. Sin embargo me han contado historias increíbles sobre ti. Jamás he oído ningún comentario negativo sobre tu personalidad. He podido ver fotos tuyas y alguna de ellas sosteniéndome en tu regazo. En estas fotos, ya se podía ver tu mirada triste, cansada, como si supieras que te quedaba poco tiempo de vida. Incluso algunas cosas que decías a mi madre, parecía indicar que no te quedaba mucho tiempo. Tampoco es de extrañar, tras una vida llena de historias duras. Una guerra, muchos años difíciles de postguerra, una vida dedicada al trabajo y a la familia. Una mujer que no supo jamás apreciar al maravilloso ser que tenía a su lado. Supongo que todo ello te llevo a una muerte demasiado temprana que lamento profundamente por no habernos dejado disfrutar de ti durante más tiempo. De mi dicen que era un bebe muy llorón, pero seguro que contigo no lloraba porque si sólo con ver esas fotos ya puedo sentir tu ternura, me puedo imaginar como podía sentirme al estrecharme  entre tus brazos. 

Siempre he creído que sigues ahí, que un trocito de ti quedo en nosotros, sobre todo en el corazón de mi madre que siempre se ha lamentado por no tenerte a su lado y que cree, profundamente, que su vida habría sido muy distinta de haber podido contar con el apoyo incondicional que siempre le brindaste. 

Espero que tu alma haya encontrado un cuerpo en el que evolucionar y que tu esencia este siendo disfrutada por otras personas. Quien sabe, quizá no estés tan lejos y por eso pese a no conocerte apenas, me acuerde tanto de ti. 

Estoy deseando volver a la playa en mis próximas vacaciones, para poder disfrutar de nuevo de esos momentos, de esos pensamientos, de esos recuerdos, porque pese a no haberte podido conocer de verdad, te llevo en el corazón. Te quiero abuelo. 

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