Y aquí sentada sobre la toalla quedo embobada mirando tu horizonte infinito, mientras decenas de pensamientos pasan por mi cabeza en armonía con la emoción que me produce estar a solas contigo. Porque es cierto que mi vida actual no me permite demasiados momentos de soledad. Y ahora que lo tengo, puedo sentirme profundamente, incluso dejando de escuchar los gritos y las risas de los niños que juegan cerca de mi. Envolviéndome en ese halo de tranquilidad que siento cada vez que estoy cerca de ti. Ese olor indiscutiblemente tuyo que invade cada rincón.
Y es que si algo se de mi futuro es que algún día viviré cerca de ti, donde pueda observarte siempre que quiera y donde se que tengo un lugar que armoniza mis sentidos y une mi mente y mi corazón como nada puede hacerlo. Sueño en infinitas ocasiones contigo y ahora que estoy aquí me gustaría convertirme en sirena para hacerte mío.
Nada hay como tu para darme paz, no imagino melodía más bella que el sonido de tus olas, no existe otro lugar que me transmita tanto, eres la mejor definición de felicidad para mi.
Y mientras que ese futuro no llegue, prometo que te visitare siempre que me sea posible. Porque sólo con mirarte en tu inmensidad, me siento afortunada y la persona más feliz del mundo.
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